Esta frágil Coralina que fue la inspiración para nuestra colección de joyas artesanas con su mismo nombre, la fotogrametriamos a una profundidad de 6 metros aproximadamente en la cavidad de un pequeño islote situado en el mar del Freu, entre el idílico pueblo de Sant Elm y la bella isla Dragonera, en Mallorca.

La Coralina puede ser vista en el Mediterráneo y también en algunas zonas del Atlántico, sobre fondos rocosos poco iluminados, así como cavidades y grutas.

Probablemente, lo que la ha protegido de la industria de extracción es que a diferencia del amenazado Coral rojo, su color no perdura fuera del agua. Es decir, al arrancar esta especie de su hábitat natural, pierde ese bello color naranja rojizo que la caracteriza, y con ello su valor para la industria de explotación marina.